A mediados de noviembre, un contingente de 94 jugadores estadounidenses aterrizó en Barcelona en un viaje relámpago que combinaba entrenamiento, exploración cultural e intensa competición.
Durante tres días repletos de acción, estos entusiastas del tenis perfeccionaron sus habilidades en las instalaciones de última generación de la Escuela de Tenis de Mataró. Entre los emblemáticos monumentos de Barcelona, no sólo se empaparon de la rica cultura de la ciudad, sino que también participaron en un animado torneo contra competidores locales, fomentando un intercambio internacional de talento y camaradería.